El sector está evolucionando y requiere cubrir todas sus áreas, según la Sener identifica 137 profesiones que cubren brechas de capacidad técnica en la siguiente década, de éstas, 87 se ubican en el área de hidrocarburos y 50 en la generación de electricidad.
El sector necesita 135 mil especialistas, en su mayoría, el 80% técnicos, y y 20% de nivel superior y posgrados, es decir expertos en energía en todas sus acepciones en la parte profesional.
Las profesiones más requeridas el arranque del proceso de transformación de la exploración y la producción destacan: los ingenieros de yacimientos, geocientífico, de procesos, de perforación, de producción, ambiental y el especialista de campo.
En el proceso de transporte y almacenamiento de gas, las necesidades están asociadas a los subprocesos de mantenimiento y seguridad, y la construcción de ductos, donde destacan algunas ocupaciones clave, entre ellas: los ingenieros de procesos, de instrumentación, eléctrico, ingenieros mecánicos y eléctricos, técnicos, supervisores y planificador de mantenimiento e ingeniero de seguridad y salud.
Sin embargo, muchas de las habilidades técnicas requeridas para estas ocupaciones pueden ser desarrolladas por el capital humano existente en el segmento con alguna especialización certificada.
Existen proyectos que requieren capacidades técnicas muy específicas, tal es el caso de la producción de los recursos no convencionales de la zona de Chicontepec, la baja permeabilidad del depósito combinado a la alta viscosidad del hidrocarburo en la región requerirá el uso de la fracturación hidráulica y métodos de recuperación térmicos. En este tipo de operaciones se requiere experiencia y conocimiento sólido en la producción de vapor, la inyección y la gestión.
El segmento midstream presenta importantes oportunidades para el desarrollo de la infraestructura y la tecnología en torno a la licuefacción de gas; aunque no se necesita un alto de especialización, se suman algunas capacidades técnicas, por ejemplo el ingeniero ambiental, el de instrumentación, el de control de proceso y el operador de procesos de planta.
En el segmento downstream, la atención se centrará en el desarrollo de instalaciones de cogeneración, el proceso de refinación y la gestión de residuos; en esta etapa el ingeniero en energía será clave para seleccionar el método más adecuado y gestionar el equipo requerido para las instalaciones de cogeneración.
A largo plazo se espera que sólo el segmento upstream presente nuevas brechas de capacidad técnica, que estarán asociadas a los procesos de perforación y terminación, y la producción del pozo en las operaciones en aguas profundas. Los desafíos de las aguas profundas requerirán el desarrollo de 12 ocupaciones clave, aunque unas ya conocidas como: ingenieros eléctrico, ambiental, geocientífico (geólogo, geofísico, petrofísico), de perforación, de salud, de seguridad, de lodos, además del diagrafiador de lodos, ocupaciones aplicadas en condiciones de alto riesgo.
Se incursionarán carreras y diplomados para certificarse en las siguientes ocupaciones: el ingeniero de finalización en aguas profundas, superintendente de perforación en aguas profundas, ingeniero de tubería upstream en aguas profundas, ingeniero marino, ingeniero en confiabilidad, gestor de instalaciones y director de logística y gestión en la cadena de abastecimiento.
Resaltemos que la ingeniería es la ocupación clave en la eficiencia energética, con más del 50% de todas las especialidades identificadas en todos los procesos; mientras que la construcción y las operaciones y el mantenimiento se colocan en segundo con el 16% y con la mayor cantidad de capital humano especializado requerido en cada una de esas áreas.
Sin dejar del lado las profesiones típicas, pero que necesitan una especialización, son: administrador de proyecto, arquitecto/planeador urbano, supervisor administrador de construcción, ingeniero en servicios de construcción, ingeniero físico, ingeniero mecánico e ingeniero estructural.
Las ocupaciones que tampoco pueden faltar y abrazan la tecnología, son las redes inteligentes, entre ellas están: el desarrollo de software, el especialista en soporte tecnológico, el ingeniero en sistemas, el arquitecto de bases de datos, el especialista riesgos y seguridad cibernética, el especialista en seguridad TIC y el administrador de bases de datos.