Pemex presenta una pérdida significativa en lo que va del año, ha sufrido 20 derrames de su red de oleoductos y además un incendio a partir de las tomas clandestinas, a esta práctica se le conoce también como «ordeña».
La semana pasada la compañía informó un derrame de crudo en su ducto Nuevo Teapa-Cadereyta en el estado de Veracruz, que cree fue causado por un intento de ordeña.
La ordeña de ductos representa un problema crónico para Pemex y no ha cesado, pese al plan anunciado en 2014 por la Secretaría de Energía (Sener) para reforzar la vigilancia y seguridad en la red de ductos de la compañía.
Los camiones cisternas de Pemex también son blanco de contrabandistas de combustible y las pérdidas totales se estiman en torno a los 27.000b/d, el equivalente a un camión tanque cada siete minutos, indicó en septiembre pasado el director de la filial Pemex Refinación, Miguel Tame.
Agregó que el hurto diario de gasolina y diésel cuesta a la empresa 60mn de pesos (alrededor de US$3,5mn), para un total anual de US$1.290mn.
El Gobierno Federal debe coordinarse con instituciones locales, la Policía y las autoridades del sector energético para detectar y evitar el hurto de combustible, señaló la comisión.
México endureció las leyes contra el robo de combustible en marzo de 2015 y extendió las condenas de cárcel hasta 35 años.