México es el cuarto productor mundial de poliuretano, después de China, Estados Unidos y Alemania, debido a la presencia de importantes polos de la industria automotriz, de la construcción, aeroespacial, fabricación de muebles, electrodomésticos, sistemas de refrigeración, calzado y recubrimientos, entre otros.
México es el cuarto productor mundial de poliuretano, después de China, Estados Unidos y Alemania, debido a la presencia de importantes polos de la industria automotriz, de la construcción, aeroespacial, fabricación de muebles, electrodomésticos, sistemas de refrigeración, calzado y recubrimientos, entre otros, informó José Navarro Meneses, Director General de Tarsus en conferencia de prensa.
El poliuretano, por ejemplo, es el polímero más utilizado en la fabricación de vehículos, especialmente en la industria de la electromovilidad, ya que brinda resistencia, aislamiento y ligereza a las unidades. El material está presente en loa asientos, tableros, recubrimientos, bajo alfombras, sistemas aislantes de ruido y térmicos.
Con una industria automotriz que representa el 6 por ciento del PIB nacional y el 18 por ciento de toda la producción industrial del país, la mayoría de las marcas han trasladado la producción a México, lo que lo ha permitido un importante mercado para el poliuretano.
Datos de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), revelan que cada mes se fabrican en México un promedio de 418,000 piezas de poliuretano para la industria automotriz, desde asientos para vehículos, tableros, aislamiento térmico y sonoro, así como bajo alfombras y recubrimientos para puertas y motores, entre otros accesorios.
A nivel global la industria del poliuretano genera más de 13.6 millones de toneladas de producto, que reporta un valor de mercado de 44,265 millones de dólares y tasas de crecimiento anual de 6.8%, informaron expertos de la industria que se darán cita en UTECH Las Américas 2023, el evento del poliuretano más importante de la región que se realizará del 13 al 15 de junio en la Ciudad de México.
Con información de El Economista
